4 Lecciones del Año

No sé vos, pero yo amo la energía de enero de: todo es posible.

Pasamos la página y es un mundo nuevo. Sí, es el mismo de ayer pero algo en el aire se siente nuevo. Además, ahora tenemos un poquito más de tiempo sea que estemos de vacaciones o estemos sintiendo que el ritmo bajó, nos juntamos con gente querida que nos sube la energía y nos acordamos de todo lo que está en nuestras manos.

Aprovechá esas ganas!

Seamos honestas, no siempre está ahí entonces subámonos al tren de enero y aprovechemos ese empujón renovador!

 

Escribir mis objetivos 2025 es un must.

Pero hay otra parte del ritual de enero que puede ser más importante aún, y que si te soy honesta no siempre hice: el mirar para atrás.

Ponerme muy honesta conmigo misma y regalarme tiempo para pensar en cómo estuvo este año que cerró: lo mejor, lo peor peor y todo lo del medio. Igual que con alimentación, aún cuando las cosas se nos desarman colosalmente, hay joyitas para recoger pero solo las vemos si miramos para atrás (con atención). Y cuando salen bárbaro, que divino es tomar conciencia e integrarlas a nuestra identidad al darnos cuenta que son parte de nosotros.

¿Te animás a probar el ritual vos también?

 

Un tip: además de con atención, mirá con cariño. De nada sirve ser extra malas con nosotras mismas, de hecho solo nos paraliza en el proceso, en cambio, cuando sumamos un toquecito de auto-compasión como diría la psicóloga Kristin Neff, pasamos a ser mucho más creativos con las soluciones que encontramos. Termina siendo más productiva la auto-compasión.

 

En fin, te comparto 4 lecciones que me dejó este 2024, que no quiero olvidarme, con la intención de motivarte a vos también tomarte un ratito y escribir tus lecciones del año.

Y si querés compartirlas enviame un mensajito que me encantaría leerte o simplemente saber que te animaste a hacer este ejercicio! #VosPodés

 

4 Lecciones del 2024

 

1. Puedo Hacer Cosas Difíciles

A principio de año me tocó hacerme una resonancia magnética. Ay ay ay.

Era de esas en que tenés que estar totalmente dentro y la última vez que me hice una literalmente tuve que pedir para salir.

Oki, en mi defensa ese dia no estaba preparada mentalmente. Fui a pedir hora sabiendo que es algo que demora así que tal vez era dos meses para adelante que pudiera hacermela, me dicen hay un lugar ahora mismo, tenía tiempo y me acordaba de hacerme una de chica dónde la máquina era espaciosa y casi que cómoda. ¿Con qué me encontré? Ese tubo pequeñito no era lo que estaba esperando y literalmente no pude resistir estar ahí más de unos pocos mins.

Le tuve pavor por meses esperando mi siguiente hora real, porque sabía que iba a durar más de 40 mins.

Cuando finalmente llegó el momento me tocó una máquina más grande -- gracias gracias gracias -- y me propuse meditar esos 30 minutos para estar súmamente presente. En vez de huir del momento, me di el auto-desafío de estar ahí con la incomodidad. Del espacio, del ruido, del no saber si pasaron 10 segundos o 10 minutos, si salió todo bien o tienen que volver a empezar, de los mil pensamientos que nada-que-ver que pasaban por mi mente. Mientras estaba allí tratando de no mover un músculo me recordaba a mi misma: podés hacer esto y podés hacer cosas difíciles. Era mi mantra, aceptando que ese momento era realmente bravo para mí pero a la misma vez, podía hacerlo y cada vez que en el futuro me enfrentara a algo que me parecía que no iba a poder superar, me podía acordar de estar en esa máquina y salir de esa máquina con el estudio completo. 

Fue un momento que se quedó conmigo en el año y algo me dice que va a seguir ayudándome a futuro.

 

¿Hay algo en este 2024 que pensaste que no ibas a poder lograr y sí lo lograste?

Seguro que sí! Vivencialo y quedate con la experiencia.

 

 

2. Cuando Pasa el Síntoma, Seguir con la Rutina Sanadora

Dicen que el lado derecho del cuerpo está asociado con "el hacer", "lo masculino" de uno mismo, y se ve que mi cuerpo quería vivir más en lo femenino porque este año me lastimé el pie derecho, me vino una contractura tremenda en el hombro (espalda, brazo...) derecho, y hasta un galglión en la mano derecha. Oki cuerpo, te estoy escuchando. Oki, primero esperé que se fuera solo y que fueran suficientes mis rutinas saludables generales. No funcionó. Finalmente me puse las pilas modo intensivo a hacer todo lo que se recomendaba para sanar de forma natural y fue maravilloso lo rápido que se me achicó y casi fue totalmente el lipoma, me aflojaron las contracturas pudiendo hacer todas las poses de yoga de nuevo y mi pie al firme para todos los hikes.

Estaba tan bien que cuando se terminaron mis pastillitas de equinacea no las retomé, y así con todo lo demás (descanso incluido). Meses después volvió todo y admito que caí de vuelta en lo mismo: esperar que se fuera solo, finalmente resignarme a encarar las nuevas rutinas y hacerme de todos los productos y agarrar ritmo. Y sip, de nuevo hace efecto. Yay!

Mi lección: que buena que es la equinacea y hacer actividades-sin-mouse (je!) pero la más importante: mantener las rutinas que me hacen bien. Capaz que no es necesario mantener la súper intensidad del principio, pero tener las pastillas y cremas en casa, usarlas algunas veces por semana, monitorearme en cómo se siente mi brazo o si estoy cayendo en viejos patrones de auto-saturar mi agenda.

En general esos objetivos saludables que tenemos van a tomar más tiempo del que nos gustaría admitir, y una vez que llegamos al aparente objetivo vamos a necesitar seguir trabajando en el. Entender que eso está bien y que me merezco ese tiempo de seguir prestándome atención y trabajando en mí misma aún cuando no parece haber síntomas es la lección que se queda conmigo.

 

¿Hay una rutina de este año que te hace muy bien pero estás tentada a dejar?

¿Algo que sentís que ya deberías haber "superado"?

Animate a ser honesta contigo misma y si aparece algo que dice: esto debería volver a mi vida, regalátelo. Te lo merecés hoy y si necesita ser algo que sigas trabajando toda la vida, te lo merecés para siempre también.

 

 

3. Registrar (todo)

Este fue mi año de registrar. Confieso que si bien soy ordenada, había otros niveles de órden que no habían llegado a mi vida. 

De etapas del año de registrar y etapas que no, mirando para atrás me doy cuenta cuando estaba pronta para mirar lo que estaba pasando en diferentes áreas de la vida -- salud y ciclo, economías, tareas de trabajo -- y cuando estaba metiendo la cabeza bajo la frazada. Lo cierto es que los momentos en que fui más prolija con mi registro fueron dónde me sentí mejor. No necesariamente dónde me fue mejor en cada área, pero sí cuando estuve más cómoda, me proyecté mejor, mi confianza estaba más sólida, mis ganas más fuertes. El registro da claridad.

Mamá la nutri siempre anda siendo fan del registro por el gran objetivo del peso y el menú, así que siempre supe a nivel ciencia que en esas áreas es mega clave, pero el 2024 me enseñó de primera mano que es importante en todo. 

 

¿Vos ya sos de registrar en ciertas áreas? 

¿Hay alguna otra área de la vida o relativo a un objetivo dónde podés comenzar un registro semanal?

 

 

4. Pedir Ayuda

Uff esta me cuesta. Es fácil mirar a una amiga y decirle: pedí más ayuda, te lo merecés, hay mil formas de delegar que te van a aliviar la vida, podés contratar ayuda, podés hablar con quienes te rodean y 99% de chances que tus seres queridos van a estar ahí para vos y van a aparecer soluciones.

Pero cuando es con uno mismo... cuesta, ¿verdad?

¿En qué exactamente pido ayuda?

¿En qué momento?

¿A quién?

Este año en que fue mi primer año enterito de vivir fuera del país, la cantidad de situaciones inesperadas y emociones inesperadas fueron incalculables. En un momento de saturación, finalmente me animé a pedir ayuda a una escala que antes no lo había hecho.

La respuesta fue casi que mágica. Nope, no se solucionó todo en dos mins (y unas cuantas cosas no se solucionaron aún punto) pero la decisión de pedir ayuda me hizo darme cuenta a un nivel muy profundo toda la abundancia -- de cariño, de opciones, de ideas, de recursos -- que me rodeaban. No solo eso, el solo hecho de animarme a pedir ayuda fue una revolución interna que ya me aflojó y abrió a nuevas posibilidades. ¿Viste cuando hablás de algo y sin que nadie te de una solución ni cambie nada, todo cambia? Fue tal cual. Desde ahí fue un efecto bola-de-nieve de las buenas que me dio tanto aire. De vuelta, no todo fácil, no todo solucionado, pero sí con tanto alivio y tantas cosas nuevas para agradecer.

 

Si sos como yo y te cuesta pedir ayuda, te lo recomiendo como intención de 2025 -- mil porciento. ;)

Como todavía es un concepto nuevo para mí, está en mi listita de intenciones, también.

 

 

Oki estas fueron 4 lecciones que me dejó el año.

Espero que te inspire a pensar en estas áreas en tu vida y sobre todo a reflexionar de tu propio año y todo lo disfrutaste, superaste y creciste en estos últimos doce meses.

Es un placer estar aquí empezando un nuevo año juntas.

 

Con mucho cariño & deseándote todo lo mejor para el 2025,

Victoria

 

 

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